A principios del siglo 20, los artistas gráficos japoneses comenzaron a sentir la influencia de dos inventos occidentales muy poderosos: la tira cómica del periódico e imágenes en movimiento. Los narradores japoneses de las tiras cómicas proporcionaron una estructura fácilmente accesible a las masas. Pronto, dibujantes populares como Rakiten Kitazawa y Ippei Okamoto producían sus propias impresiones de periódicos serializados. Estos serían eventualmente contribuyeronal desarrollo del moderno "manga" japonés.
En 1914, los primeros artistas japoneses experimentaron con el cine de animación. El Primer éxito mundial de Japón fue el cortometraje de Kitayama Seitaro Momotaro en 1918. Aunque la industria de la animación japonesa continuó creciendo lentamente, uno de los últimos hitos antes de la guerra fue Chikara To Onna No Yononaka. El cortometraje apareció en 1932, siendo el primer anime hablado en japonés.
En el mundo, la industria de la animación, además de prosperar, fue abriendo nuevos caminos. Los líderes indiscutibles en el campo fueron Walt Disney y los hermanos Fleisher. En 1937, luego de la popularidad que obtuvo "Blancanieves y los siete enanitos", Disney demostró que la animación podría ser tan expresiva y un medio viable como película de acción en vivo.
Por otro lado, la popularidad e influencia de Disney y las películas animadas de los Fleishers no se limitó únicamente a los Estados Unidos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, gran parte de su trabajo fue visto por el público receptivo en Europa y Asia. Estos trabajos también inspiraron los sueños de un joven que cambiaría la dirección de la narrativa gráfica japonesa para siempre: Osamu Tezuka.
Osamu Tezuka
Tezuka se convirtió en un dibujante después de la Segunda Guerra Mundial. Sólo teneía 20 años de edad cuando creó un primera obra importante, la novela Shintakarajima, la cual apareció en 1947. Posteriormente, en muy poco tiempo se convirtió en el dibujante más popular de manga japonés, obteniendo el título de "Dios del Manga".
El enfoque de Tezuka era completamente diferente de todo lo que había existido antes. Sus ilustraciones se caracterizaron por la acción y la emoción. Su objetivo fue contar historias a la manera de un cineasta, enseñando a toda una generación de artistas a visualizar y componer una historia de estilo cinético.
Para los fanáticos de manga y anime, la contribución más obvia de Tezuka vino en el diseño de sus personajes. Al igual que Mickey Mouse y el Pato Donald, los personajes humanos y animales de Tezuka lucían cabezas redondas con enormes y expresivos ojos. Aunque estas características parecían simples y caricaturescos, en realidad expresaban una amplia gama de emociones, desde la adulación al odio.
Las sucesivas generaciones de artistas de manga y anime descubrieron la flexibilidad de diseño de los personajes de Tezuka y las adaptaron a sus propias y diversas obras. En este sentido, Sailor Moon, Speed Racer, e incluso Ash Ketchum pueden agradecer a Tezuka por su buena apariencia.
Vía: Mercy Blanco
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